
Nueva amenaza de cierre de exportaciones: ¿Otra vez sopa? ¿En serio?
La devaluación del lunes potenció el reacomodamiento del precio de la hacienda que se venía dando en las últimas semanas por lo que el Gobierno apeló a una receta conocida: la amenaza de un nuevo bloqueo a los embarques. Una decisión innecesaria que puede generar mucho daño en un contexto donde aún persiste la sequía. Por Miguel Gorelik.
Agosto venía con una cantidad grande y creciente de variables (precios relativos) con grandes desfasajes, pugnando muchas de ellas para colocarse en un nivel más razonable.
Muchos mercados en el país tienen un grado de concentración de mediano para arriba, donde relativamente pocos actores pueden empujar movimientos de este tipo, coordinadamente o no.
Pero hay algunos que se parecen mucho a lo que los libros de economía definen como de competencia perfecta, que están tan atomizados que nadie puede ejercer un poder como para fijar sus precios.
El de la hacienda y carne es uno de ellos. En otro orden de cosas, el mercado informal de divisas también podría describirse así. https://static.airserve.net/marel/metas/www-valorcarne-com-ar-468×60/manifest.html
Ambos, aunque no están relacionados por ninguna interacción especial, venían tomando velocidad en las últimas semanas.
Dos acontecimientos casi simultáneos se vieron entre domingo y lunes: un resultado inesperado en las PASO, en las que el gobierno quedó en tercera posición y el liderazgo lo logró un candidato que las encuestas no lo colocaban ahí, y una devaluación del peso en el mercado oficial del 18% que vino a azuzar una tasa de inflación alta y creciente. El mercado de cambios libre aceleró su raid con aumentos que ese lunes hicieron que acumule 20 puntos en un mes y en las 48 hs siguientes le iba a agregar otros 20, llevándolo casi al 50% en un corto período.
Hay pocos mercados transparentes y con información amplia y pública que permiten medir el pulso casi al instante. Uno de ellos es el de hacienda.
Tras permanecer con precios nominales estancados durante casi cinco meses, de marzo a julio, ambos inclusive, el último día de éste observó un salto del 15-17%, según la categoría, y a lo largo de una quincena mostró aumentos, en algunos días, de un dígito, hasta que con el incremento del viernes 11, acumuló 30 puntos en una quincena.
Este martes, con una nueva entrada limitada y con enormes incertidumbres políticas y económicas, el mercado dio otro salto del 20%, con lo que llegaba a 55-65% de mayores precios en poco más de dos semanas.
Ahí se encendieron las luces de alarma del gobierno y, rápido de reflejos, salió un anuncio oficial de la Aduana anticipando una prohibición de exportaciones de carnes y lácteos por 15 días. Lástima que esos reflejos siempre recurran a “soluciones”, probadas en incontables oportunidades y que nunca lo fueron.
Hubo un cierto cortocircuito interno en el gobierno y, finalmente, esa medida quedó en suspenso. No obstante, se mantiene la amenaza de que si no recibe una propuesta que le parezca razonable a las autoridades, se va a recaer en eso. Propuesta que, por otro lado, nadie está en condiciones de presentarla y cumplirla, por los motivos antedichos.
Tras la rueda de ayer en Cañuelas, novillos y novillitos llevan aumentos de 60-70% en menos de 20 días y que, ahora sí, compensaron el atraso de cinco meses frente a la inflación.
El comunicado inicial de la Aduana es más que preocupante. Su titular es un funcionario que ha tomado creciente poder, se lo puso, en adición, al frente del seguimiento de los precios, por encima de su autoridad natural, y en los mentideros de la política se lo señala como candidato a reemplazar al ministro-candidato si se retirara del gobierno para dedicarse a la campaña.
Hay un par de elementos que son muy difíciles de comprender. En primer lugar, la devaluación dictada por el BCRA y el hecho de no haberse dado cuenta de que el mero aumento de precios de los animales dejaba fuera de juego a la exportación, sin necesidad de medidas como la anunciada y dejada de lado por ahora.
Como explicamos en nuestro análisis del Novillo Mercosur, la industria exportadora está sin ofrecer precios y con algunos planes de suspensión de actividades. No era necesaria esa prohibición. Sin ella, igualmente los embarques iban a quedar muy limitados. A pesar del dólar a $350 (menos los consabidos impuestos a la exportación), el precio de la hacienda argentina es hoy entre 1 dólar y 1,30 por kilo en gancho superior al de los vecinos que son los principales competidores directos. Esto significa entre 25 y 40% lo que en el mercado mundial es inabordable
Quedan cuatro meses de gobierno de esta administración, pero, si no se miden las consecuencias de las medidas a adoptar, se puede generar mucho daño.
El sector seguirá trabajando como siempre, llevado por la fuerza del mercado y dentro de las limitaciones que impongan las regulaciones. Pero no hay que olvidarse que todavía no se ha salido de una sequía histórica y que nuevos perjuicios pueden tener consecuencias duraderas.
Por Lic Miguel Gorelik, Director de Valor Carne
Fuente: Valor Carne